lunes, 14 de noviembre de 2016

ADRIÁN


En mi opinión estos hechos sí pueden considerarse como acoso desde el momento en el que se dan varios elementos:

1. Una víctima con determinadas características como problemas para integrarse en el grupo-clase por sus escasas habilidades sociales y su timidez.
2. Un agresor que ejerce de líder entre sus compañeros y que muestra prepotencia ante la vulnerabilidad de la víctima.
3. Un grupo de espectadores que no se enfrenta al agresor.

Para poder identificar cualquier tipo de agresión entre los alumnos, éstas se deben registrar según su tipología y gravedad en el Reglamento de Régimen Interno junto con la sanción a imponer.

Pero para prevenir estos hechos es necesario acciones  previas a esta situación que deben reflejarse en el Plan de Convivencia, Plan de Acogida de alumnos nuevos en el centro y Plan de Acción Tutorial. En los diversos planes se recogerán distintas actuaciones para integrar a los alumnos en el aula y dinámicas de grupo que permita que los alumnos se conozcan como plantear la elaboración por parte de los alumnos de las normas de clase, juegos que favorezcan la confianza en uno mismo y en los demás... todo ello contribuirá a crear un clima en el aula y un sentimiento de pertenencia al grupo que serán la base para la prevención de las situaciones de violencia entre alumnos y el acoso escolar.

Las reacciones de la tutora y del Jefe de Estudios que se describen en el caso práctico son muy simplistas. Actúan como si sus alumnos no les importaran y su único objetivo es que los padres no se quejen. Los padres son un punto de apoyo fundamental en nuestra labor docente. Nunca debemos tratarles como enemigos ni rehuir de ellos cuando muestran preocupación por sus hijos. Es normal que si saben que su hijo es tímido y le cuesta relacionarse con otros, se interesen y se preocupen cuando les cuenta acerca de ese tipo de situaciones violentas. De todos modos, suponiendo que, al ser un niño que ha llegado nuevo al cole y en sexto de Primaria, la tutora ya hubiera mantenido una tutoría con los padres de Adrián para conocerles y recoger información acerca del niño, debería haber actuado en consecuencia y haber realizado distintas dinámicas de grupo para integrar al nuevo alumno en el aula. Evidentemente, decir a los niños "Tenéis que jugar con Adrián porque sus padres se han quejado" es poner a Adrián en el punto de mira de los demás y victimizarle aún más.

Lo que deberían haber hecho en cuanto los padres hablaron con la tutora es abrir un protocolo de actuación contra el acoso escolar. Depués,exponer la situación a todos los profesores que imparten clase directa al grupo y de todos aquellos que cuidan patio en los lugares donde juegan los alumnos implicados con el objetivo de observar lo que ocurre y evitar posibles agresiones.

Al mismo tiempo, realizar en el aula, dinámicas de grupo para fomentar las relaciones entre los compañeros, prestando especial atención a cómo se relaciona Adrián con el resto de sus compañeros y viceversa. Para que los alumnos puedan expresarse libremente, la tutora podría poner en el aula un buzón (caja de zapatos) en la que los alumnos escribirían libremente posibles enfrentamientos, riñas, peleas,... que surgen entre los alumnos. Así, permitimos que los alumnos que hacen de espectadores y que temen las represalias del agresor y sus amigos, puedan ayudar a Adrián.

Habría que sancionar a Félix por el balonazo a Adrián siguiendo lo expuesto en el RRI del centro ya que ha golpeado a un compañero, así como a Gonzalo por haberle agredido y avisar a las familias de las agresiones cometidas hacia otro compañero.

En el aula, deberían recordarse las normas de comportamiento hacia las otras personas basándose en el respeto mutuo y reforzar la autoestima de Adrián tratándole siempre de forma positiva, en especial, delante de sus compañeros.

Los demás compañeros temen ser las siguientes víctimas, por eso prefieren callar. Algunos refuerzan la actitud del agresor y se ponen de su parte; otros, prefieren callar y alejarse de la víctima para que no se les relacione con ella y no pasar por lo mismo. Estos últimos, llegan a sentir tal culpabilidad que piden perdón a Adrián por no poder ayudarle. Por este motivo, debemos dejar siempre una vía de comunicación abierta con nuestros alumnos en las que ellos puedan sentirse cómodos y seguros hablando. Su comportamiento es muy natural en el ser humano y muy comprensible porque a veces, es muy difícil se valiente. La historia y la realidad actual están llenas de ejemplos en los que los protagonistas han decidido callar a decir basta a una injusticia. El miedo paraliza al ser humano.

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